Su carta empieza acusando a los medios de defender las más rancias posturas antisemitas resumibles en la frase: “El único judío bueno es aquel que está muerto”.
En sus propias palabras:
Siempre he dicho que el único momento en el que los muy cristianos europeos sentimos un ápice de solidaridad o compasión hacia los judíos, fue cuando iban en filas ordenadamente y sin protestar a las cámaras de gas….
En su momento, cuando Hitler determinaba la "Solución final" Europa calló respaldando la barbarie con su pasividad. Ahora, ante el islamo-nacismo de los “activistas de Hamás” seguimos negando los ataques a Israel. Por ejemplo, se llama a los Kassam “cohetes caseros”. Como si fueran bizcochitos. Pero esos artefactos que lanza Hamas además de producir muertes de civiles por cientos),siembran el terror en poblaciones como Sderot, que lleva años viviendo el infierno de los "artesanales ataques". Muchos medios se muestran comprensivos, y hasta enternecidos, cuando un "martir" se explotan en una pizzería (como a la que vamos los fines de semana a cenar con nuestros críos) o en autobús. Pero ni se menciona a los niños israelíes que ya desde P3 aprenden a esconderse en un refugio anti-aéreo en cuanto oyen la sirena de alarma.
Asunción Agulló sigue diciendo:
En el fondo de cualquier respuesta late el antisemitismo, la idea (no confesable con palabras directas pero si mediante silencios, complicidades, guiños, hechos) de que el mundo sería un lugar mejor sin Israel, es decir, sin judíos. No por que todo judío viva en Israel sino por que está claro que los gentiles europeos no tienen la menor intención de frenar al Islam para garantizar la seguridad de los judíos. Por eso dice Asunción Agulló
Los judíos necesitan tener un estado para garantizar que NO se repita el episodio más vergonzoso de la historia: La shoa, el holocausto. El que niega el derecho de Israel a defenderse en un mar de barbarie y locura, niega su derecho a la existencia .
Por último la carta añade una postdata:
PS: NO soy judía y NO soy Israelí, y NO me engañan los oenegistas que realizan “labores humanitarias” con cuchillos de caza y barras de hierro.
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Soy toda oídos