TAL VEZ ME LLAME JONÁS

Yo no soy nadie:

Un hombre con un grito de estopa en la garganta

y una gota de asfalto en la retina.

Yo no soy nadie: ¡Dejadme dormir!

Pero a veces oigo un viento de tormenta que me grita:

Levántate, ve a Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella.

No hago caso, huyo por el mar y me tumbo en el rincón

más oscuro de la nave

hasta que el viento terco que me sigue

vuelve a gritarme otra vez:

¿Qué haces ahí, dormilón? ¡Levántate!

Yo no soy nadie: Un ciego que no sabe cantar.

¡Dejadme dormir!...

Pero un día me arrojaron al abismo,

las aguas amargas me rodearon hasta el alma,

la ova se enredó en mi cabeza,

llegué hasta las raíces de los montes,

la tierra echó sobre mí sus cerraduras para siempre...

(¿Para siempre?)

Quiero decir que he estado en el infierno...

De allí traigo ahora mi palabra.

y no canto la destrucción,

apoyo mi lira sobre la cresta más alta de este símbolo...

Yo soy Jonás.

(León Felipe)

viernes, 25 de junio de 2010

HIPOTIROIDISMO

Según el  doctor americano Broda Barnes alrededor de un 40 % de la población presenta diversos grados de hipotiroidismo (Bajo rendimiento de tiroides) . Sin embargo, sólo un pequeño porcentaje de estos casos es diagnosticado debido a dos cosas:
1) La sintomatología es muy variada y se presenta a confusión con otros males
2) Los análisis de sangre no son lo suficientemente sensibles como para detectar un hipotiroidismo leve.
Si te sientes identificado con estas características quizá seas uno de esos no-diagnosticados:
Tez pálida o amarillenta, exceso de peso (o dificultad para bajarlo haciendo una dieta estricta y ejercicio)  retención de líquidos, manos y pies fríos, pérdida del cabello, falta de los extremos exteriores de la cejas y piel muy seca... 
El cansancio es su mayor  queja, siempre tienen frío, les invade la depresión y sienten poco impulso sexual. 
Por si no sabes qué es la glándula tiroides, has de conocer que está situada en el cuello, inmediatamente debajo de la laringe y enfrente de la tráquea. . Al ser una glándula, produce secreciones  (hormonas) que el riego sanguíneo distribuye a diversas partes del organismo.  Las hormonas producidas por la tiroides se llaman tiroxina, o T4, y triiodotironina, o T3.
Dos de las materias primas para la manufacturación de estas hormonas se extraen de la dieta. Son el mineral yodo y el aminoácido tirosina. El yodo es transportado de la sangre a la tiroides donde se une a la tirosina, la cual forma parte de las células de dicha glándula. La tirosina se obtiene a través de la conversión de la fenilalanina, que se encuentra, en el pescado, carne, almendras, semillas de calabaza y sésamo, garbanzos y lentejas. Para que esta conversión se lleve a cabo con éxito es necesario un nivel adecuado de las vitaminas B6 y C. Una vez el yodo y la tirosina se han unido, y a raíz de un complejo proceso bioquímico, se forman las hormonas T4 y T3. La hormona T3 contiene tres unidades de yodo, y la T4 contiene cuatro, de ahí sus nombres. Alrededor del 90 % de su producción ocurre como T4 y el 10 % como T3. Sin embargo, antes de que dichas hormonas lleguen a los receptores de las células, la mayoría de la T4 pierde un átomo se convierte en T3, la cual tiene mayor afinidad con los receptores celulares y es cuatro veces más potente que su compañera. La producción de las hormonas T4 y T3 ocurre de forma  controlada. La mínima alteración en este proceso puede, sin embargo, suponer un desequilibrio con grandes repercusiones para el organismo. ¿Por qué? Pues por que la glándula tiroides se ocupa de:
  • Aumenta el tamaño y número de mitocondria (compartimentos, dentro de la célula, donde se produce energía) en la mayoría de las células del cuerpo.
  • Estimula el metabolismo.
  • Controla los niveles de colesterol y triglicéridos.
  • Controla el peso y apetito.
  • Aumenta el flujo sanguíneo y control de la función del corazón.
  • Aumenta la capacidad pulmonar.
  • Controla la secreción de los jugos digestivos y movilidad del aparato gastrointestinal.
  • Estimula la función mental (concentración, estado de alerta, memoria, etc.)
  • Equilibra los fluidos en el cuerpo.
  • Controla la fuerza muscular.
  • Ayuda a combatir infecciones.
Por eso decíamos que un desequilibrio de la glándula tiroides pueda causar muchísimos síntomas que pueden confundirse con un abanico de desequilibrios, desde candidiasis crónica hasta hipoglucemia reactiva o intolerancias alimenticias.

Las causas del hipotiroidismo pueden ser múltiples:
A) Deficiencia de ciertos nutrientes; las vitaminas A, B2, B3, B6, B12, C, E; los minerales selenio, zinc, cobre y yodo; el aminoácido L-tirosina; y los ácidos grasos esenciales (Omega 3 y Omega 6). Sin estos nutrientes, la tiroides no puede producir  hormonas, ni la hormona T4 puede convertirse en T3, ni los receptores de dichas hormonas en las células pueden funcionar. Por otro lado, un bajo rendimiento de la tiroides impide la  absorción de nutrientes. Por ejemplo,  la vitamina B12, lo cual puede causar anemia, síntomas mentales y problemas neurológicos, entre muchos otros;
B) Candidiasis crónica (una infección de la levadura Cándida Albicans que suele originarse en el intestino, pero puede afectar a todo el organismo) Dicha enfermedad puede influir negativamente en la salud de la glándula tiroides y en el uso de sus hormonas:
  • Los radicales libres producidos por la cándida albicans y sus toxinas pueden dañar la tiroides.
  • La Cándida posee receptores con afinidad a la hormona tirosina.
  • La Cándida suele producir deficiencia del mineral zinc, el cual es muy importante para la conversión de la hormona tirosina (T4) en la triiodotironina (T3).
Es por esto que muchas veces la cura del hipotiroidismo pasa por un tratamiento previo de la candidiasis
 C) Agotamiento de las glándulas suprarrenales. Ahí se producen las hormonas adrenalina y noradrenalina que pueden influir en la función de la tiroides, ya que las membranas de las células de esta glándula contienen receptores de dichas hormonas. Es decir, que  si las glándulas suprarrenales producen poca cantidad de adrenalina y noradrenalina los receptores de la tiroides no serán estimulados adecuadamente.Es muy común que el agotamiento de las glándulas suprarrenales se deba al  estrés, la ansiedad o al uso de antinutrientes (el azúcar, café, alcohol y cigarrillos), o de fármacos (corticosteroides).
D) Alergia al trigo. La gliadina, una proteina del trigo, es muy similar a una proteína de la tiroides. Cuando una persona es alergica al trigo, su organismo produce anticuerpos  para atacar a la gliadina. Estos mismos anticuerpos pueden atacar a la proteína de la glándula tiroides y producir hipotiroidismo. Es recomendable, entonces, eliminar el trigo  de la dieta, y sustituirlo, especialmente, por quínoa, trigo sarraceno (una semilla) y arroz.
E) Dieta alta en ciertos alimentos.  Col, coliflor, coles de Bruselas, nabos, rabanitos, espinacas, zanahorias, melocotones, peras, fresas, cacahuetes, productos de soja, nueces y mijo.Es importante no eliminar completamente estos alimentos de la dieta, aunque sí se aconseja no comerlos a diario y en grandes cantidades.
F) Uso de ciertos fármacos y toxicidad de mercurio. Entre ellos:
- El clorhidrato de amiodarona (vasodilatador coronario)  el litio (usado en antidepresivos o para tratar enfermedades maniaco depresivas). Estos químicos pueden bloquear la secreción de las hormonas T4 y T3. 
- La dopamina y los corticosteroides  bloquean la conversión de la hormona T4  a T3.
- La aspirina y los fármacos que contienen salicilato, impiden la unión de la hormona T4 a las proteína transportadoras de la sangre, reduciendo la cantidad de dicha hormona en el torrente sanguíneo.
- Los estrógenos sintéticos, como la píldora anticonceptiva, pueden desequilibrar el balance hormonal de la tiroides.
- La toxicidad de mercurio debida a los empastes de amalgama.

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