TAL VEZ ME LLAME JONÁS

Yo no soy nadie:

Un hombre con un grito de estopa en la garganta

y una gota de asfalto en la retina.

Yo no soy nadie: ¡Dejadme dormir!

Pero a veces oigo un viento de tormenta que me grita:

Levántate, ve a Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella.

No hago caso, huyo por el mar y me tumbo en el rincón

más oscuro de la nave

hasta que el viento terco que me sigue

vuelve a gritarme otra vez:

¿Qué haces ahí, dormilón? ¡Levántate!

Yo no soy nadie: Un ciego que no sabe cantar.

¡Dejadme dormir!...

Pero un día me arrojaron al abismo,

las aguas amargas me rodearon hasta el alma,

la ova se enredó en mi cabeza,

llegué hasta las raíces de los montes,

la tierra echó sobre mí sus cerraduras para siempre...

(¿Para siempre?)

Quiero decir que he estado en el infierno...

De allí traigo ahora mi palabra.

y no canto la destrucción,

apoyo mi lira sobre la cresta más alta de este símbolo...

Yo soy Jonás.

(León Felipe)

domingo, 12 de junio de 2011

Y la muerte no tendrá dominio

Y la muerte no tendrá dominio
Los desnudos muertos serán uno solo
con el hombre en el viento y la luna del poniente;
cuando los huesos sean descarnados
y los descarnados huesos desaparezcan
tendrán ellos estrellas en el codo y en el pie;
aunque se vuelvan locos estarán cuerdos;
aunque se hundan en el mar volverán a salir;
aunque los amantes se pierdan el amor no se perderá;
y la muerte no tendrá dominio.
Y la muerte no tendrá dominio.
Bajo las ondulaciones del mar
aquellos que yacen largamente no morirán en vano
aquellos que se retuercen en los potros 
cuando ceden los tendones
amarrados a una rueda, 
no serán sin embargo quebrados;
la fe en sus manos se partirá en dos
y los unicornios atravesarán los sentimientos rotos
hasta que al final ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá dominio.
Y la muerte no tendrá dominio.
No podrán las gaviotas gritar en sus oídos
ni las olas romperán ruidosas contra las playas.
Aunque no broten las flores donde antes brotaron
ni levanten ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos
las cabezas de los cadáveres 
martillarán las margaritas
y estallarán al sol hasta que el sol estalle
y la muerte no tendrá dominio.

Dylan Marlais Thomas

jueves, 9 de junio de 2011

JONÁS II


JONÁS 1, 3-4
Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de Yahveh, y bajó a Joppe, donde encontró un barco que salía para Tarsis: pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis, lejos de Yahveh. Pero Yahveh desencadenó un gran viento sobre el mar, y hubo en el mar una borrasca tan violenta que el barco amenazaba romperse.
Lejos de Yahveh. 
Jonás no entiende los mandatos de Dios y desde su razón y sus criterios juzga su voluntad y la rechaza. Olvida su condición de criatura y asume el timón de su propia vida marcando el rumbo en dirección contraria a la que Dios le indica, repitiendo lo que hizo Adán. 
Éste es el esquema religioso que el hombre repite infinidad de veces a lo largo de la Biblia.
1) Dios se revela y surge la fe, las ganas de seguirle, el descubrimiento de una verdad que hasta entonces se desconocía.
2) La fe se propaga, se extiende: libera al hombre, le habla al corazón, le llena de gozo
3) El entusiasmo inicial cede ante los escollos de la vida y el hombre se siente inseguro. Así, con lo que sabe, cose un abrigo al que llama Dios y se lo pone, cumpliendo requisitos externos que sustituyen la voluntad de Dios. La razón de fondo es que el hombre no acepta ser criatura, sino creador y busca recurrir a Dios sólo si lo necesita, sólo cuando lo necesita. El tiempo restante, lo llena de ritos para no quedar mal, pero también sin comprometer sus criterios y sus afanes de dirigir la propia vida.
La Biblia dedica dos poemas a hablar de la Creación. 
En el Primero nos habla de Dios como artífice de todo lo creado. 
En el Segundo describe la entrada del mal en el mundo. 
Según el primer relato de la creación, Dios va construyendo todas las cosas mediante su palabra: crea, ordena y comprueba que todo es bello y bueno. Sin embargo, esa actitud cambia cuando nos llega el turno a nosotros: excepcionalmente al hombre le moldea con fango, usando para ello sus propias manos y dedicando al menester creador toda su atención y su mimo. Una vez hecho Adán, le confía la responsabilidad de cuidar el jardín que le ha regalado y establece una sola ley: puede comer de todos los árboles del jardín salvo de uno. 
Ahí empieza el Segundo Relato.
La única prohibición de Dios expresa la idea de libertad. 
El ser humano es libre, pero no absolutamente libre, sino más bien potencialmente libre. La libertad nace con él y con el crece. Así, un bebé no es libre, porque carece de dos posibilidades: la de elegir y la de hacerse a si mismo. La libertad es, pues, embrionaria y ha de desarrollarse a través de un sin fin de elecciones que a lo largo de la vida habremos de tomar. En este desarrollo necesita también un cauce, el reconocimiento de unos límites impuestos por la presencia de los otros, que igualmente son libres. En el proceso de educar, cualquier progenitor responsable sabe que debe pasar gran parte de su tiempo prohibiendo cosas a un niño. Si esa fase se omite , el daño al niño es difícilmente reparable. Esa limitación, ese árbol del que no podemos comer, nos lleva a envidiar a un Dios que en su eternidad es enteramente libre... ¡queremos ser como el!
Jonás nos expresa así la tentación más honda de todo ser humano: rechazar nuestra condición de criaturas y embarcarnos en dirección contraria. 
Hay que remarcar que la prohibición de comer del árbol del bien y del mal es limitativa, pero no impeditiva. Una lavadora no puede dejar de lavar la ropa o aplicar un programa de lavado diferente al que se le dicta al encenderla. Por eso que lave bien no es virtud, sino un correcto funcionamiento. Su libertad está impedida. Si en vez de una lavadora es una persona quien lava, por muchas instrucciones que se le den, siempre depende de ella obedecer o no. Las instrucciones de su jefe en ese sentido sólo pueden ser limitativas. Por eso si hace bien la colada es virtud y no sólo un funcionamiento correcto. 
Si la lavadora lava mal es que está estropeada. 
Si la persona lava mal es que es desobediente o perezosa. 
Adán no es una lavadora, no ha sido programado para impedir que coma, ni el árbol es inaccesible. Adán si puede comer de ese árbol (de ahí su libertad) pero no debe hacerlo.
Dice un cuento judío que cuando Dios creó el árbol del Jardín del Edén se ató las manos: el hombre sería libre y el creador ya no tendría control sobre la criatura. “Y qué harás?”. Le preguntó la Sabiduría. Entonces el Señor creó lo único que puede remediar los desmanes de un hombre libre: la conversión.
Hans Honas, que sufrió en sus carnes el Holocausto, esclarece la actitud de Dios ante el mismo usando un mito similar que explica que Dios, para crear el mundo desde la nada hubo de contraerse para dejar sitio a la nada fuera de si sitio y desde ahí crear. Esta retracción hace de Dios un Dios sufriente, que será mil veces defraudado por el hombre que ha creado, un dios en devenir, que recibirá constantes experiencias del mundo y un Dios preocupado, porque el mundo está en manos de agentes ajenos a él y que no puede controlar. Es por tanto un Dios en peligro, porque al admitir la libertad humana ha renunciado a ser todopoderoso, se ha autolimitado.
El proceso narrado en el Génesis es un apasionante tratado de psicología. Primero Dios prohibe a Adán (Eva aun no está) comer de ese árbol. Luego Adán hace un primer acto religioso: añade un plus y prohibe a Eva no sólo comer el fruto del árbol sino también tocarlo. 
Es fácil ver a la serpiente aprovechándose de la religiosidad de Adán mientras se restriega sin morir contra la corteza del árbol... 
Y es fácil captar la trampa en la que Eva cae: Si eso de que al tocarlo mueres es mentira, también será falso que comer equivalga a morir... 
Eva come y descubre su error, pero en vez de asumirlo, lo extiende. Mal de muchos consuelo de bobos, dirá el refrán popular. Adán come también: Atrapado en el sentimentalismo, escucha antes la propuesta de su esposa que a Dios mismo. 
Lo que sigue es típico en nuestra especie: nadie es responsable del mal que causa, todo el mundo señala a otro como culpable y trata de buscar coartadas y excusas a su obrar. Como consecuencia la gratuidad se va, el mal en forma de vejez, enfermedad y muerte penetra en la esencia de la criatura que desobedeciendo hace de si mismo un creador que conoce el bien y el mal y hace de su vida aquello que le place. 
Pero si los hombres somos libres para pecar, Dios es libre para salvarnos. Es el padre del hijo pródigo, que igual que cada tarde paseaba por el jardín con él, cada tarde saldrá a esperarlo.
Y el ciclo del pecado sigue, pasando de los padres a los hijos: Una vez roto el “amarás a Dios con todo tu corazón, toda tu mente y todas tus fuerzas” romper el “y al prójimo como a ti mismo” es el siguiente eslabón de una dura cadena. 
Caín, que se cree víctima de una injusticia, se hace juez y parte y se encomienda a si mismo la responsabilidad de equilibrar la balanza y acaba con la vida de Abel. Sigue el camino iniciado por sus padres: es dueño de hacer su vida, de eliminar lo que le estorba, de matar. Aun así Dios no lo extermina, le marca para que no le dañen y le ofrece así la posibilidad de enmendar su error.
El tercer gran pecado descrito en el génesis ya es colectivo: el orgullo. Pasamos así de lo personal a lo social. En Babel se proponen llegar al cielo construyendo una torre. Hombres que conquistan la técnica y hablan el mismo idioma, se alían contra Dios: Si la humanidad colabora entre sí –se dicen- Dios no podrá hacer nada. 
¿No? 
Confundir los lenguajes. 
Cuando lo que habla es la ambición, los intereses individuales de las personas acaban enemistándolas y rompiendo la unión que hubiera hecho posible la realización del proyecto. Sin embargo cuando interviene la libertad de Dios y baja el Espíritu Santo personas diferentes entienden aquello que predica un torpe pescador de Galilea, como en Pentecostés.
El pecado del hombre (el asumir el lugar de Dios y decidir qué es lo bueno y que es lo malo, qué hago con mi vida y quien merece o no morir, el bastarse a si mismo y alejarse de Yahveh, la huida a Tarsis) hace penetrar el mal en el mundo. 
El problema del mal es muy profundo. De hecho es uno de los mayores misterios de Dios, sobre todo ese mal del que nadie es responsable, un mal que podríamos llamar inocente: un terremoto, una gran tormenta, una enfermedad, sobre todo si afecta a niños... Por ejemplo, este año a una compañera de mi trabajo un coche, al dar marcha atrás, arrolló a su hija de tres años y la mató. Este tipo de acontecimientos ponen en entredicho la providencia y el amor de Dios por que nos enfrenta a una pregunta básica: ¿Por qué Dios no lo impide? 
Si no lo hace por que no quiere, entonces Dios es malo. Y si no impide el mal por que no puede, entonces Dios no es Dios. 
Y, honestamente, no hay respuestas
El libro de Job pone sobre el tapete otra pregunta terrible: Tradicionalmente se dice que los buenos y los malos recibirán una recompensa según sus obras. Así, sino de inmediato si en un cercano futuro, los buenos serán felices como pago a su bondad y los malos tremendamente desgraciados. 
Así lo afirman la ancestral sabiduría de la Biblia, los salmos y el 99 % del cine de Holliwoood. 
Pero ¿Qué pasa con el justo que sufre? 
Los amigos que supuestamente consuelan a Job buscan la salida fácil ¿no será que aparentaba sólo su justicia? 
Job sabe que no. (Jb 29,12-17) y discute con Dios hasta darse cuenta de que no va a tener respuestas en un plano lógico porque Dios, al que ahora si conoce, es totalmente Otra Cosa de lo que el hombre puede imaginar o razonar y que más que elaborados discursos requiere un acto de fe, sabiendo que a ese exceso de mal Dios va a responder con un exceso de amor: la cruz aparece en el horizonte
Volviendo a Jonás: 
Dios le envía a Nínive, el corazón del enemigo que ha destruido el Templo, arrasado Jerusalén y exiliado a Israel. 
Le envía a hablarles del perdón y la misericordia. 
Actualicémoslo: Jonás, sobreviviente de Auschwitz, víctima de una cadena interminable de persecuciones 
¿Irá a predicar al Tercer Raich? 
¿Perdonará?

sábado, 30 de abril de 2011

DIETA DUKAN

La dieta debe su nombre a Pierre Dukan, un médico francés, neurólogo y nutricionista, nacido hace 69 años en Argel con ascendencia sefardí. 



Cuando le preguntan que diferencia a su dieta de otras dietas, la respuestá es clara y directa: Su dieta funciona. 
El doctor afirma que de las setenta y dos dietas diferentes con que podemos toparnos, funcionan unas quince y siete de ellas tienen reconocimiento internacional. 
Estas dietas  "universales" en opinión de Dukan son: Atkins, Montignac, Weight Watching, South Beach, contar calorías, proteína en polvos... y la suya (Seguida por unos 15 millones de personas, 10 de los cuales son franceses).
De esos 15 millones, siempre según Dukan, el 95 % han alcanzado su peso ideal y iun 79 % ha logrado mantenerlo un año.
Se dice qye para que alguien se pueda considerar feliz debe cumplir un decálogo . Es decir que hay 10 aspectos que hemos de mantener en equilibrio: alimentación, sexo, reconocimiento, vivienda, cuerpo, contacto con la naturaleza, pertenencia a un grupo, juego, y experiencia de lo sagrado y de la belleza.
Tendemos a llenar la carencia de uno de ellos  con comida. Estar delgado es en nuestra sociedad un imperativo social, un deseo (en gran parte impuesto)  que casi todos tenemos, pero sobre todo, es un tema de salud. A partir de siete u ocho kilos de más, unas células llamadas adipocitos (se dedican a almacenar grasas) se parten en dos y esa duplicación es permanente, te acompaña hasta el fin de tu vida. Es decir, que hay almacenes abiertos y dispuestos a ser rellenados ante el menor exceso. Preocupante, sobre todo si contamos que en el mundo puede haber 1.013 millones de gordos, casi todos en Occidente...¡Y aumentando!
La dieta Dukan surgió por casualidad: un paciente obeso del Dr Pierre Dukan, doctor en neurología, le rogó que le preparase una dieta con la condición de que no le quitase la carne... Lo hizp... ¡y en cinco días perdió cinco kilos! Y eso cambió la vida del doctor por que le dio unas claves: combinar proteínas y verdura permitía adelgazar a los gordos sin pasar hambre ni displacer. A partir de esta experiencia embrionaria, Dukan dedicó 25 años a perfeccionar la dieta durante que formuló en el año 2000 como el método Dukan.
La premisa del método es simple: hay que adelgazar comiendo.
¿Y cómo hacerlo?
Dukan establece un método vitalicio que consta de cuatro fases que él ha llamado, ataque, crucero, consolidación y estabilización.
Someramente, la primera fase, (ataque) dura poco, de dos a siete días, y en ella se pueden consumir a placer  alimentos muy proteínicos y con muy poquitas grasas (carne de ternera, ave, pescado, marisco, huevos, lácteos...) Las proteinas no son muy calóricas, pero además, funcionan de quemagrasas, por que su digestión supone un gran desgaste calórico. La fase segunda (crucero) intruduce una gran novedad: alterna el día de proteínas con otro de proteína más verduras. De los cien alimentos aptos (72 proteínicos, más 28 verduras) se puede comer sin restricciones. Es decir, podemos consumir las  cantidades que queramos y como queramos. En esta fase se van perdiendo  kilos, generalmente uno por semana, hasta llegar al peso deseado. A partir de ahí inauguramos la tercera fase (consolidación) que durará 10 días por cada kilo perdido. Esta fase es básicamente igual en su esquema a la anterior pero introdiciendo cinco novedades: 1) Añadir dos frutas diarias (sin plátano, uva ni cereza) 2) Agregar dos rebanadas de pan integral 3) Introducir un poco de queso 4) Dos platos de legumbre por semana 5) Semanalmente se deben hacer dos comidas llamadas “de gala” (que consistan en tomar un plato de lo que quieras). El último periodo (estabilización) nos acompañará el resto de la vida. Consiste en que durante un día a la semana (los jueves) , sólo se debe comer proteínas. Y, cada día (desde la primera fase), tres cucharadas de salvado de avena. Para Dukan es básico el consumo de avena (de 1,5 cucharadas al día en la primera fase hasta las 4 perpetuas)- Las razones que aduce es que sus fibras arrastran azúcares y colesterol y facilitan el tránsito intestinal, lo que previene el cáncer de colon.
Obviamente, es un clásico, hay que beber como poco un litro y medio de agual al día. El vino lo limita a un vaaso al día y permite refrescos light.
¿Y el ejercicio?
¡Claro! Es preciso olvidar la existencia del ascensor y caminar 20 minutos cada día
¿Te atreves a probar?

viernes, 17 de septiembre de 2010

JONÁS Y YOM KIPPUR

Hoy a la caída del sol empezará el Yom Kipur, el "Día del Perdón", la fiesta más solemne del calendario judío. Durante 25 años el arrepentimiento y la recepción del perdón de los pecados son los sentimientos dominantes. Por eso se viste de blanco, no se come ni se bebe, tampoco se mantienen relaciones conyugales, no se fuma ni se cocina ni se conduce, no se pueden usar zapatos de cuero.
Israel se paraliza.
De hecho, el aeropuerto  Ben Guirion, y su espacio aéreo permanecen cerrados desde la 01:00 de esta madrugada y no habrá nuevos despegues hacia las 22:30 de mañana sábado.
El silencio se hace oír.


Una de las múltiples plegarias que se elevan ese día es la llamada "Maftir Iona", en la que se proclama el libro de Jonás.  
A continuación adjunto un comentario del  Rabino Daniel Oppenheimer sobre Jonás:

Se acerca Iom Kipur y, como todos los años, leeremos una de las historias más llamativas del Tana”j:  la odisea del profeta Ioná ben Amitái.  Dado que los Sabios eligieron esta lectura como la más apropiada para uno de los momentos más delicados del año, debemos intentar entender el significado que nos quiere transmitir.  Comencemos, entonces, relatando la historia y luego la podremos analizar.
Ioná era uno de los más célebres profetas de Israel.  Vivía en la época de Ieravam ben Ioash, rey de Israel (en aquellos tiempos, el pueblo judío estaba dividido en dos reinos:  Israel y Iehudá), durante la era del 1er Bet HaMikdash.  Ioná era alumno de Elishá, discípulo del profeta Eliahu (Elías) y había sido el encomendado de ungir a Iehú, abuelo de Ieravam para reemplazar a la contumaz dinastía de Omrí.  Corría alrededor del año 3105 (645 antes de la era común).  Los Sabios identifican, además, a Ioná con el niño resucitado por el profeta Eliahu (Melajim 1 cap.17), lo cual acredita su nombre “ben Amitái”, pues se ratificó (Emet) en este hecho la autenticidad de la profecía de Eliahu..
Ioná recibió una orden Di-vina:  ir a Ninevé, la capital del imperio asirio y advertirle a su población acerca de su inminente destrucción, como consecuencia de su nefasta conducta (robaban, calumniaban a la gente, blasfemaban a D”s...)
Ioná no quiso ir.  ¿Por qué?  Los resultados de esta misión eran previsibles:  si la gente de Ninevé se arrepentiría y corregiría su comportamiento, esto se convertiría en una obvia recriminación en contra del pueblo judío, quien seguía firme en su obstinada manera de pecar.  Dado que Ioná no quería participar de esta evidente imputación en contra de los hermanos judíos a quienes amaba profundamente, decidió fugarse.  (Obviamente, la exigencia Di-vina hacia los judíos es inmensamente superior que los requerimientos demandados a los asirios.  Sin embargo, la analogía podía darse, dejando mal parados a los judíos).  En las palabras de los Sabios:  “Ioná demandó el honor del hijo - Israel, por encima del honor correspondiente al Padre -D”s (Mejilta 28).
Ioná emuló de este modo la actitud de Moshé Rabeinu quien, a su vez, ofreció ser borrado del texto de la Torá antes que permitir que el pueblo de Israel fuese destruido por el pecado del becerro de oro.
Había una razón adicional a su intento por desoír el pedido de D”s.  Previamente Ioná había sido enviado a Ierushalaim (capital del reino sureño de Iehudá) para llevar un mensaje similar de advertencia.  El mensaje había sido escuchado y obedecido.  Ierushalaim se salvó (Pirke d’Rabi Eliezer).  Sin embargo, en aquella oportunidad los necios habían acusado a Ioná de ser un profeta falso (alarmista, fanático, exagerado, ortodoxo, etc.), “demostrando” su tesis de fantasía con los hechos que no se habían consumado de acuerdo al vaticinio de Ioná.  (La verdad es que si una profecía de amonestación no se cumple en la práctica, esto no establece la falacia del profeta, pues podía ser que la reparación moral de la gente tornó innecesario el castigo).  Ioná quería evitar una nueva acusación de tal índole, pues sentía que sería un agravio hacia D”s, (cuando la gente cree que apercibe y no cumple).  Ioná, como Moshé, no quería convertirse en un instrumento que derivara en un Jilul HaShem (profanación del Nombre de D”s).
Pero... ¿acaso es posible escaparse de D”s?  Evidentemente no. 
Ioná quería eludir la profecía.  Sabiendo que el nivel espiritual fuera de Israel es inferior al de la tierra de Israel, Ioná razonó que saliendo de Eretz Israel, D”s no le hablaría más y quedaría exento de cumplir con esta controvertida misión.  Se dirigió hasta el puerto de Iafo y pagó por una embarcación que lo alejara de su tierra, de sus hermanos y de la propia profecía.  Esta acción no fue la acertada a pesar de las nobles intenciones de Ioná, quien incurrió así en la prohibición de retener la profecía (Talmud Sanhedrín 89.)
Mientras navegaba hacia Tarshish, se levantó una tormenta que azotaba precisamente el sitio por donde pasaba la embarcación, haciendo peligrar al barco y a su gente.  Mientras Ioná se acostó a dormir, la tripulación comenzó a invocar a sus dioses sin resultado.  Al notar que la  tempestad no era habitual, hicieron una lotería para determinar quien era el responsable.  El sorteo cayó sobre Ioná.  Éste dio a conocer su identidad hebrea, su creencia en D”s “del Cielo y de la Tierra” y el motivo de su culpa.  Los marineros se asustaron y le pidieron  que les dijera qué deberían hacer para salvarse del temporal.  Ioná les respondió que el mar se calmaría únicamente si lo arrojaban al mar.  Los tripulantes quisieron evitar llegar a esto e intentaron infructuosamente acercar el navío hacia la orilla (sentían que estaban frente a una persona sagrada).  Sin embargo, al ver que sus esfuerzos eran en vano, rogaron a D”s que no los culpara por lo que estaban por hacer.  Tomaron a Ioná y lo echaron al agua, tras lo cual el mar se calmó.  Maravillados, los marineros se convirtieron al judaísmo y prometieron hacer lo mismo con sus familias (Pirke d’Rabi Eliezer 10).
Un pez designado por D”s tragó íntegro a Ioná quien permaneció en la panza del pez durante tres días.  Ioná no estaba muy cómodo dentro del pez y compuso allí un himno a D”s en el cual se arrepintió de su acción.  El pez despidió a Ioná en la orilla y Ioná volvió  a recibir la temida orden:  “Ve a Ninevé y adviertele”.
Ioná fue.  Ninevé era una gran metrópoli que requería tres días para caminarla de punta a punta.  Ioná anunció a todos que la destrucción era inminente (las palabras textuales son: “y Ninevé ‘nehefejet` = se transformará”, la misma palabra utilizada respecto a la destrucción anterior de Sodoma, pero que en este caso alude a lo que realmente sucedió finalmente, pues los habitantes de Ninevé modificaron su actitud).  La gente escuchó a Ioná y se estremeció.  Avisaron al rey, quien mandó la orden de ayunar, de vestir ropa de duelo y de corregir sus malas acciones, dando él mismo el ejemplo.  “D”s observó su proceder que se habían apartado del mal y no destruyó a Ninevé”.
Se  había cumplido lo que Ioná había temido.  Ninevé se había salvado, mientras Ioná permanecía a un borde de la ciudad, en una cabaña que había construido, para contemplar los acontecimientos.  Ioná estaba tan enfurecido por el curso de los eventos que pidió morir.  Se sentía impenitente por estar cuestionando la postura de D”s respecto a Ninevé y esto le causaba una terrible angustia (Alshij).  D”s sólo le respondió:  “¿tanto disgusto te trae?”  e hizo crecer imprevistamente un árbol de kikaión (algunos identifican este árbol con un ricino) que poseía un follaje frondoso y protegió a Ioná del sol recalcitrante.  Ioná se alegró considerablemente con esta inesperada fortuna.   Sin embargo, al amanecer del día siguiente, D”s envió un gusano que atacó al Kikaión dejando a Ioná desguarnecido frente al viento cálido y el sol ardiente.  Ioná volvió a sentirse decepcionado y reiteró su súplica a D”s objetando que no quería vivir más.  A lo cual D”s le respondió:  Tu te lamentas por el Kikaión que no te esforzaste por él ni lo plantaste, que en una noche apareció y en una noche se perdió - ¿y yo no mostraré sensibilidad hacia Ninevé, una ciudad tan grande con tanta población (120.000 niños inocentes y aun más adultos)?
El libro de Ioná termina aquí.  No nos cuenta más.  Lo que pasó con Ioná personalmente no lo sabemos.  El Ialkut Shimoní (parte del Midrash) dice que Ioná cayó sobre su rostro en aquel momento y respondió:  “(D”s!) conduce a tu mundo con el atributo de la misericordia, tal como está escrito: ‘de D”s dependen la misericordia y el perdón’”.
Hasta aquí la historia  ¿Cuáles son las enseñanzas?
 
La Mishná en Ta’anit cuenta que cuando en Israel escaseaba la lluvia, se decretaban ayunos sucesivos para pedir clemencia de D”s.  En estas ocasiones, el anciano del pueblo hablaba a la población y le observaba que en Ninevé no dice:  “y D”s observó su ayuno”, sino: “y D”s observó “su proceder que se habían apartado del mal”.  El objetivo no es el ayuno (si bien, obviamente lo debemos cumplir), sino el cambio que debe generar  en nosotros.  Ayuno sin Teshuvá (arrepentimiento - remordimiento) es un acto estéril.
 
Asimismo, los Sabios califican la Teshuvá (contrición) como un “acto engañoso  (Talmud Ierushalmi Ta’anit 2:1).  ¿Qué significa esto?  ¿No dice, acaso, (Pirkéi dRabi Eliezer) que los habitantes de Ninevé estaban cercanos (fáciles de influenciar) a la Teshuvá?
Para responder a esta pregunta, debemos entender que la Teshuvá puede funcionar en varios niveles.  Lo más habitual es que una persona se asuste de las consecuencias directas de una acción (p.ej., fumar), y que esto le sirva como disuasivo para alejarse del hecho.  La Teshuvá de Ninevé perteneció a esa categoría.  Por lo tanto sus habitantes corrigieron sus acciones externas, devolvieron lo que habían robado, etc. (Meshej Jojmá, Pinjás).  Sin embargo, no se modificó su cosmovisión que trajo aparejado el pecado y que quedó latente en su ser íntimo para volver a incurrir en él.  Su proceder fue el resultado del miedo de la amenaza de destrucción (Bet Elokim).  Si bien para Ninevé, que no goza de la Mitzvá de Teshuvá constante como los judíos, esto puede ser suficiente, no es el caso respecto a Israel.  Por consiguiente, la consecuente demanda recriminatoria a Israel temida por Ioná, seguía en pie:  si Ninevé era capaz de una Teshuvá, si bien periférica, tanto más se esperaba de Israel que logre una Teshuvá total!  (Rabbi Noson Scherman en la introducción a Ioná – Artscroll)
 
Por último.  Veamos cómo continuó la historia.  Ninevé se salvó.  Asiria (cuya capital era Ninevé) pasó a convertirse luego en “la vara de D”s” mediante la cual castigaría al reino norte de Israel y a otras naciones e inquietaría a la ciudad de Ierushalaim (que a última hora se salvó).  Al final, Asiria cayó al igual que todos los imperios que fueron decadentes moralmente.  ¿Les sirvió la Teshuvá?  Sólo para salvarse en el momento.  Si la Teshuvá hubiese estado acompañada de un proyecto espiritual para el futuro, Asiria hubiese cumplido otro rol distinto, más sensible, al de ser los verdugos de la humanidad.  La Teshuvá momentánea repitió la actitud de Kaín, la de Ishmael, hijo de Abraham (cuando estaba muriéndose de sed en el desierto) y otros que se alejaron transitoriamente de sus pecados.  No tuvieron un efecto duradero.  Tal como sucedió con Ninevé, D”s responde a la Teshuvá de la gente y le brinda nuevas oportunidades dándole más vida.  Esto no garantiza que los beneficiarios de la bondad Di-vina utilizarán esta benevolencia correctamente....
Frente a esta historia, nos debemos preguntar:  ¿qué naturaleza tiene nuestra actitud en Iom Kipur?  ¿es superficial como la de Ninevé o es firme y durable?  ¿llega a la esencia de nuestro ser modificando nuestra visión y acción en su conjunto?  ¿tenemos proyectos valiosos para el futuro?

martes, 14 de septiembre de 2010

ANTISEMITISMO

No hace mucho, en un foro de cocina en el que suelo participar, leí casualmente un hilo en el que una señora invitaba, con aire jovial, a matar judíos en el Bierzo.
La frase, que logró ponerme los pelos como escarpias, se refiere a una costumbre leonesa de tomar una especie de limonada, tradicionalmente el día de viernes santo. Así, cada vaso de refresco que ingieres es un judío al que matas.
No conocía esa espeluznante y rancia costumbre berciana ni me ha alegrado lo más mínimo conocerla, por que no es sino una reminiscencia de un ancestral odio a los judíos. 
¿Broma? ¿Risas?
Sinceramente lo dudo.

Hoy leo que el gobierno español ha hecho una nueva encuesta que ha hecho pública el miércoles paado (víspera de Rosh Hashaná)  Dicha encuesta muestra que uno de cada tres españoles es antisemita, manteniendo opiniones negativas sobre los judíos. Otro 46% tenía una opinión favorable de los judíos.
Asimismo, uno de cada nueve españoles apoya la afirmación de que "Israel debe desaparecer, ya que se estableció en tierras árabes". Otro 77% está en desacuerdo con la declaración. 
Esta encuesta ha sido hecha por teléfono a  cerca de 1.000 residentes españoles  (madrileños) y se ha llevado a cabo  por la sede en Madrid de la Casa Sefarad-Israel, organización afiliada al Ministerio español de Asuntos Exteriores y que promueve los lazos entre España e Israel y el mundo judío. La encuesta fue realizada en abril, antes de la confrontación de la Marina de Israel con la flotilla de Gaza en mayo.
Actualmente la población judía residente en España es de apenas  40.000 (entre una población de 45 millones de personas, entre las que podemos contar 1,5 millones de musulmanes) 
Moratinos y los líderes de la comunidad judía española atribuyeron el "aumento del sentimiento antisemita en España a la postura anti-israelí de la mayoría de los medios de comunicación españoles". Sin embargo, y en contraste, el 67% de los encuestados culpan a la vez a Israel y a los palestinos del conflicto interno, y cerca del 83% señaló que los judíos tienen derecho a vivir en paz y seguridad en Israel una vez que sus fronteras sean reconocidos por la comunidad internacional.

sábado, 11 de septiembre de 2010

UNA RECETA TÍPICA DE ROSH HASHANÁ Y UN REPASO A LAS COSAS QUE SE COMEN

Ingrdientes:


6 pechugas de pollo, sin piel
3 cucharadas de aceite de oliva
1/2 taza de miel
1/2 taza de mostaza de dijon
1/2 taza de mermelada de naranja
1 cucharadita de curry en polvo
1/2 taza de almendras picadas

En una olla, preparar la salsa mezclando 2 cucharadas de aceite de oliva, miel, mostaza, mermelada de naranja y curry.
Calentar la mezcla a fuego suave por unos 3-5 minutos.
Bajar el fuego y cocinar durante 5 minutos más.
Precalentar el horno.
Con la cucharada de aceite restante, engrasar una fuente y colocar las pechugas encima. 
Cocinar las pechugas por unos 10 minutos.
Cubrir con un par de cucharadas de la salsa y seguir cocinando otros 15 minutos al cabo de los cuales, se debe agregar el resto de la salsa.
Cocinar 20 a 30 minutos más hasta que el pollo está completamente cocido. (en total son unos 45-55 minutos de cocción)
Se debe vigilar el pollo para asegurarse que la miel no se convierta en caramelo.
Espolvorear con almendras al momento de servir.

SEGÚN LA COSTUMBRE SEFARDÍ

Manzana: Se toma cocida con azúcar o sumergida en miel, y representa el deseo de un año dulce y lleno de bondad.

Granada: La granada es probablemente una de las frutas con más semillas, hay quienes dicen que contiene alrededor de 613, igual a la cantidad de Mitzvot (Normas a cumplir). Y por eso se come granada en Rosh Hashaná, para desear que nuestras Mitzvot se multipliquen como las semillas de granada.

Alubia: Se comen alubias en Rosh Hashaná para desear abundancia, por que estas crecen en grandes cantidades. No sólo se invoca la multiplicación de los bienes materiales sino también  las buenas acciones. Además la palabra “rruvia” en hebreo comparte la misma raíz que “irbú” o sea “aumetar”.

Calabaza, Puerro, acelga, dátil...

La calabaza en hebreo se llama “kará” que se asemeja a la palabra “shetikrá”, misma raíz, significa “que rompas”. Comer calabaza manifiesta por tanto el deseo de romper con el mal. 

El Puerro se come puerro ( en hebreo “kartí”), porque  esta palabra es similar a “icaretu” que significan “destruyan”. Manifiesta el deseo de destruir el mal, refiriéndose no solo a rnrmigos exteros sino también a los  internos y externos.

La acelga ( en hebreo “solka”) se empaenta con la raíz “istalku” que significan “desaparezcan”, y se refiere a los malos impulsos.

Se comen dátiles por que en hebreo la palabra “tamar”-datil- se asemeja a la palabra “tamú” -cuya raíz verbal significa “terminar”,- y se refiere a los opresores.

Cabeza de pescado
La cabeza de pescado se eligió para simbolizar el deseo de ocupar un lugar importante en lo que respecta al estudio y cumplimiento de la Toráh.
Los judíos oriundos de Marruecos cambian la cabeza del pescado por la de un cordero por dos motivos:
1) En hebreo pescado se dice “Dag” y recuerda a la palabra “Dejagá” en hebreo preocupación, algo negativo.

2) La cabeza de cordero recuerda el sacrificio de Isaac.

FELIZ AÑO 5771

El jueves pasado Israel celebró el Rosh Hashaná, el Año Nuevo. Esta fiesta dura dos días,  commemora  el final de la creación del universo  y abre la puerta a un mes plagado de fiestas, que muchos aprovechan para viajar al extranjero o disfrutar del país y los últimos coletazos del caluroso verano.
Aunque la Biblia señala como primer mes del calendario hebreo el de nitzantishrei (septiembre-octubre), cuando se considera que Dios creó el mundo y al primer hombre: Adán. (marzo-abril),  la tradición ha acabado desplazando la celebración del Año Nuevo al mes de
Según ese cómputo, la vida en la Tierra echó a andar hace 5.771 años.
Dice la tradición mosaica que en Rosh Hashaná Dios juzga a los hombres.
La festividad se abre al atardecer de la víspera con el sonido del shofar, trompeta ritual hecha con un cuerno de carnero, que llama a la reflexión, el arrepentimiento y el examen de conciencia.
En las cenas familiares se toman alimentos simbólicos que invocan la abundancia y la dulzura que se espera del año venidero:  granadas,  dátiles, manzanas con miel y el padre de famila,  cabezas de pescado.
En las sinagogas se ofician servicios matutinos y vespertinos.
Parte del ritual de Rosh Hashaná consiste en ir al mar, a un lago o a un río, para vaciarse los bolsillos o tirar migas de pan en un cauce de agua. Este acto simboliza la purificación de los pecados. Se arroja el lastre moral del último año y el devoto vuelve a casa limpio y regenerado.
Pasados los buenos deseos expresados con el shana tova, feliz año, a los israelís les quedan tres semanas de fiestas, con alternancia de días laborables y feriados. A Rosh Hashaná le sigue el Yom Kippur o día del Perdón, que deja paso al Sukkot, la fiesta de los Tabernáculos, para cerrar el mes, el 30 de septiembre, con el Simhat Torah.

GERALT