TAL VEZ ME LLAME JONÁS

Yo no soy nadie:

Un hombre con un grito de estopa en la garganta

y una gota de asfalto en la retina.

Yo no soy nadie: ¡Dejadme dormir!

Pero a veces oigo un viento de tormenta que me grita:

Levántate, ve a Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella.

No hago caso, huyo por el mar y me tumbo en el rincón

más oscuro de la nave

hasta que el viento terco que me sigue

vuelve a gritarme otra vez:

¿Qué haces ahí, dormilón? ¡Levántate!

Yo no soy nadie: Un ciego que no sabe cantar.

¡Dejadme dormir!...

Pero un día me arrojaron al abismo,

las aguas amargas me rodearon hasta el alma,

la ova se enredó en mi cabeza,

llegué hasta las raíces de los montes,

la tierra echó sobre mí sus cerraduras para siempre...

(¿Para siempre?)

Quiero decir que he estado en el infierno...

De allí traigo ahora mi palabra.

y no canto la destrucción,

apoyo mi lira sobre la cresta más alta de este símbolo...

Yo soy Jonás.

(León Felipe)

sábado, 11 de septiembre de 2010

UNA RECETA TÍPICA DE ROSH HASHANÁ Y UN REPASO A LAS COSAS QUE SE COMEN

Ingrdientes:


6 pechugas de pollo, sin piel
3 cucharadas de aceite de oliva
1/2 taza de miel
1/2 taza de mostaza de dijon
1/2 taza de mermelada de naranja
1 cucharadita de curry en polvo
1/2 taza de almendras picadas

En una olla, preparar la salsa mezclando 2 cucharadas de aceite de oliva, miel, mostaza, mermelada de naranja y curry.
Calentar la mezcla a fuego suave por unos 3-5 minutos.
Bajar el fuego y cocinar durante 5 minutos más.
Precalentar el horno.
Con la cucharada de aceite restante, engrasar una fuente y colocar las pechugas encima. 
Cocinar las pechugas por unos 10 minutos.
Cubrir con un par de cucharadas de la salsa y seguir cocinando otros 15 minutos al cabo de los cuales, se debe agregar el resto de la salsa.
Cocinar 20 a 30 minutos más hasta que el pollo está completamente cocido. (en total son unos 45-55 minutos de cocción)
Se debe vigilar el pollo para asegurarse que la miel no se convierta en caramelo.
Espolvorear con almendras al momento de servir.

SEGÚN LA COSTUMBRE SEFARDÍ

Manzana: Se toma cocida con azúcar o sumergida en miel, y representa el deseo de un año dulce y lleno de bondad.

Granada: La granada es probablemente una de las frutas con más semillas, hay quienes dicen que contiene alrededor de 613, igual a la cantidad de Mitzvot (Normas a cumplir). Y por eso se come granada en Rosh Hashaná, para desear que nuestras Mitzvot se multipliquen como las semillas de granada.

Alubia: Se comen alubias en Rosh Hashaná para desear abundancia, por que estas crecen en grandes cantidades. No sólo se invoca la multiplicación de los bienes materiales sino también  las buenas acciones. Además la palabra “rruvia” en hebreo comparte la misma raíz que “irbú” o sea “aumetar”.

Calabaza, Puerro, acelga, dátil...

La calabaza en hebreo se llama “kará” que se asemeja a la palabra “shetikrá”, misma raíz, significa “que rompas”. Comer calabaza manifiesta por tanto el deseo de romper con el mal. 

El Puerro se come puerro ( en hebreo “kartí”), porque  esta palabra es similar a “icaretu” que significan “destruyan”. Manifiesta el deseo de destruir el mal, refiriéndose no solo a rnrmigos exteros sino también a los  internos y externos.

La acelga ( en hebreo “solka”) se empaenta con la raíz “istalku” que significan “desaparezcan”, y se refiere a los malos impulsos.

Se comen dátiles por que en hebreo la palabra “tamar”-datil- se asemeja a la palabra “tamú” -cuya raíz verbal significa “terminar”,- y se refiere a los opresores.

Cabeza de pescado
La cabeza de pescado se eligió para simbolizar el deseo de ocupar un lugar importante en lo que respecta al estudio y cumplimiento de la Toráh.
Los judíos oriundos de Marruecos cambian la cabeza del pescado por la de un cordero por dos motivos:
1) En hebreo pescado se dice “Dag” y recuerda a la palabra “Dejagá” en hebreo preocupación, algo negativo.

2) La cabeza de cordero recuerda el sacrificio de Isaac.

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