TAL VEZ ME LLAME JONÁS

Yo no soy nadie:

Un hombre con un grito de estopa en la garganta

y una gota de asfalto en la retina.

Yo no soy nadie: ¡Dejadme dormir!

Pero a veces oigo un viento de tormenta que me grita:

Levántate, ve a Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella.

No hago caso, huyo por el mar y me tumbo en el rincón

más oscuro de la nave

hasta que el viento terco que me sigue

vuelve a gritarme otra vez:

¿Qué haces ahí, dormilón? ¡Levántate!

Yo no soy nadie: Un ciego que no sabe cantar.

¡Dejadme dormir!...

Pero un día me arrojaron al abismo,

las aguas amargas me rodearon hasta el alma,

la ova se enredó en mi cabeza,

llegué hasta las raíces de los montes,

la tierra echó sobre mí sus cerraduras para siempre...

(¿Para siempre?)

Quiero decir que he estado en el infierno...

De allí traigo ahora mi palabra.

y no canto la destrucción,

apoyo mi lira sobre la cresta más alta de este símbolo...

Yo soy Jonás.

(León Felipe)

miércoles, 7 de julio de 2010

Riesgos de los edulcorantes artificiales (Según la revista Integral)

Los endulzantes engañan al metabolismo, le hacen creer que obtiene unas calorías que no llegan de modo que se prepara para dar una respuesta insulínica a un azúcar que no aparece. Además, muchos tienen efectos secundarios que pueden llegar a ser graves.

-EL ASPARTAMO es el edulcorante artificial más utilizado por la industria alimentaria. Experimentos realizados con animales sugirieron un efecto cancerígeno y fue retirado del mercado desde 1974 hasta 1981. Algunos autores afirman que la industria actuó para obtener la autorización. La polémica sobre sus efectos secundarios reales dura hasta hoy en día.
-LA SACARINA, el más popular de los edulcorantes, tiene una historia igualmente preocupante. La posibilidad de que provocara cáncer de vejiga motivó su prohibición en Canadá y Japón. En Estados Unidos se discutió la prohibición en 1977 y en la actualidad la polémica ha vuelto.
-EL CICLAMATO fue prohibido en 1970 en Estados Unidos y actualmente se está valorando su autorización. Tampoco se utiliza en Japón e Inglaterra, pero es legal en la mayoría de países europeos, entre ellos España. Se sospechan efectos cancerígenos y alergénicos.

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