TAL VEZ ME LLAME JONÁS

Yo no soy nadie:

Un hombre con un grito de estopa en la garganta

y una gota de asfalto en la retina.

Yo no soy nadie: ¡Dejadme dormir!

Pero a veces oigo un viento de tormenta que me grita:

Levántate, ve a Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella.

No hago caso, huyo por el mar y me tumbo en el rincón

más oscuro de la nave

hasta que el viento terco que me sigue

vuelve a gritarme otra vez:

¿Qué haces ahí, dormilón? ¡Levántate!

Yo no soy nadie: Un ciego que no sabe cantar.

¡Dejadme dormir!...

Pero un día me arrojaron al abismo,

las aguas amargas me rodearon hasta el alma,

la ova se enredó en mi cabeza,

llegué hasta las raíces de los montes,

la tierra echó sobre mí sus cerraduras para siempre...

(¿Para siempre?)

Quiero decir que he estado en el infierno...

De allí traigo ahora mi palabra.

y no canto la destrucción,

apoyo mi lira sobre la cresta más alta de este símbolo...

Yo soy Jonás.

(León Felipe)

domingo, 30 de mayo de 2010

¿PODEMOS TOMAR REFRESCOS HACIENDO DIETA?

Cuando un refresco (combinación de cafeína, azúcar y ácido fosfórico: ya sea  coca cola o ualwuie otro) atraviesa la frontera de tus labios, permites la entrada a tu aparato digestivo a 10 cucharaditas de azúcar (el 100% de la cantidad diaria recomendada). Pero tranquil@, el ácido fosfórico impedirá que vomites.
A los 20 minutos, tus niveles de azúcar se disparan, causando que aumente la insulina. Tu hígado responde transformando todo el azúcar que encuentra en grasa (y hay mucho azúcar en tu organismo en este preciso instante). Pero no sufras: aún vas a engordar más, por que pasados otros 20 minutos  completarás la absorción de cafeína. Tus pupilas se dilatarán, tu presión sanguínea se elevará, y como respuesta tu higado introducirá más azúcar en tu torrente sanguíneo. Los receptores de adenosina de tu cerebro se bloqueaán para evitar el adormecimiento. Cinco minutos más tarde tu cuerpo aumentará la producción de dopamina, estimulando los centros de placer de tu cerebro. (Básicamente, así es como actúa la Heroína)
A los 60 minutos sigue la fiesta:


* El ácido fosfórico bloquea el calcio, zinc y magnesio en tu intestino grueso, acelerando tu metabolismo. Además, las altas dosis de azúcar y edulcorantes artificiales aumentan la eliminación de calcio mediante la orina.
* Las propiedades diuréticas de la cafeína hacen efecto (tienes que ir al servicio). Éste es el momento en que expulsas el calcio, magnesio y zinc que debería ir dirigido a tus huesos, así como también sodio, electrolitos y agua.
* Mientras decae la fiesta dentro de tu organismo, termina el chute de edulcorantes y empiezas a notar la falta de azúcar, con lo que te pones irritable o depresivo.
Ahora mismo has, literalmente, meado toda el agua que contenía la bebida, pero no sin antes acompañar la expulsión de valiosos nutrientes que tu cuerpo podría haber empleado para cosas como hidratarte o construir huesos y dientes más fuertes.


Un par de horas después vendrá el bajón de la cafeína (algo menos si eres fumador). Pero, eh, tómate otra Coca-Cola, ¡es la chispa de la vida!




¿Y si es ligth?


La Coca Cola Zero contiene ciclamato de sodio, un endulzante prohibido en Estados Unidos desde hace casi 40 años, pues puede tener efectos cancerígenos e incide sobre la infertilidad.


La  Coca Cola Zero contiene 25 miligramos de ciclamato de sodio por cada  100 gramos en cada una de sus latas de 355 mililitros. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, (FAO), un ser humano no debe consumir al día más de 11 miligramos de ciclamato de sodio por cada kilo de su peso corporal.

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