EL MITO DE LA CALDERA

Este es uno de los grandes mitos al hablar de dietas: Lo que engorda son las calorías.
Si comes las que necesitas mantienes peso, si comes por debajo adelgazas y si comes de más engordas. Sin embargo hay personas que comen 6.000 calorias sin engordar y otras que con 1.000 calorias y pasando hambre no logran bajar peso.
¿La razón?
El cuerpo recibe calorías y con ellas hace dos cosas: o  las quema , o las guarda.
De eso se encargan dos enzimas y sobre ambas influye la insulina, sustancia segregada por el páncreas para procesar el azúcar y mantenerlo estable en la sangre.
Si en la sangre hay demasiada insulina, se activa la reserva de grasas y entonces engordamos. Si en la sangre hay poca insulina, se activa la quema  y entonces adelgazamos.
La función de la insulina es mantener a raya el azúcar en sangre, es decir, en tratar que sea lo mas cercano a 1 gr/litro.
La forma en la que un alimento nos hace subir el azúcar en la sangre se llama IG (índice glicemico).
Veamos que pasa, entonces cuando comemos un plato de patatas fritas (IG altísimo) y un filete (proteina con grasa saturada) (IG cero). Apenas llegan al estómago, las patatas fritas son transformadas en azúcar que pasa de inmediato a la sangre y sube de ese 1gr/litro a 3.5 gr/litro. Entonces el  páncreas segrega un chorreón de insulina intentando volver a bajar ese azúcar a 1 gr/litro. El alto nivel de insulina eleva la enzima que activa la lipogenesis y entonces nuestro cuerpo, que ya se da por contento con la gran cantidad de azúcar que ha obtenido,  guarda TODAS las grasas del filete que llegan a nuestra sangre un rato después.
¿Y por qué algunas personas, se comen ese plato de comida y no engordan?
Porque hay personas que tienen un pancreas a toda prueba y otras no.
Cuando llevamos mucho tiempo comiendo mal, nuestro páncreas ya no funciona igual de bien, no sabe cuanta insulina tiene que segregar para controlar el azúcar que hay en ese momento en la sangre y echa mas de la cuenta. A eso se llama “Hiperinsulinemia”- El efecto es que nuestras células “se acostumbran” a esa insulina y se vuelven insulinorresistentes. Esto quiere decir que ya no reaccionan igual a ese nivel de insulina y el nivel de azúcar en la sangre no baja bien. Entonces el páncreas le echa otro chorreon mas de insulina (para acabar de rizar el rizo), porque nuestro cuerpo quiere bajar ese azúcar a toda costa a su nivel aceptable de 1 gr/litro. Cuando permanece mucho tiempo esta mala situación llegamos a la diabetes de tipo 2. (El pancreas se cansa y ya no segrega insulina).
Si a las dos horas de haber comido ya  tenemos de nuevo un hambre y nos sentimos cansados es posible que se deba a que nuestro cuerpo haya segregado tanta insulina que ha hecho su labor de controlar el azúcar que nuestro nivel de azúcar ha bajado demasiado tal vez a  0.5 gr./litro-  y nuestro cuerpo "avisa" de que necesita mas mediante el hambre y la sensación de fatiga. Muchos antojos de dulce proceden de ahí.
La propueta de Montignac es controlar este proceso tomando alimentos de IG bajo.
Imagina que comes el mismo filete, pero acompañado con ensalada de lechuga y con garbanzos. (IG bajo) El nivel de azúcar en la sangre no tiene ese pico de subida. El páncreas apenas necesitara segregar insulina y la enzima que primara será la que activa la lipolisis. Entonces tu cuerpo cogerá las grasas del filete, y los hidratos de carbono de los garbanzos y de la lechuga y los QUEMARA para convertirlos poco a poco en azúcar, para mantener ese nivel aceptable de 1 gr./litro.  Y si le falta energía, como el nivel de insulina en sangre será bajo, la enzima que aumenta la lipolisis (quemar grasas) estará a pleno rendimiento y cogerá grasas de reserva y las quemará también sin producir cansancio ni hambre. Además como tu cuerpo está quemando grasas las energías estarán a tope.